top of page

Rompiendo el área de confort

Una primera distinción, ya esbozada más arriba, es la que opera entre aprendizaje y desempeño Esta distinción implica que podemos ser conscientes de poseer ideas, conocimientos, etc, pero, será la acción concreta que articula este conocimiento lo que nos permita afirmar que sabemos algo, que sabemos realizar y hacer una labor, tarea o función

El desempeño depende de muchas variables internas, así como de las condiciones en las que se desenvuelve la persona en el desarrollo de sus conocimientos. Factores como los estados emocionales o el estado físico, entre otros, condicionan la posibilidad y efectividad de nuestro desempeño. Por el contrario, el aprendizaje es una realidad más fija, menos maleable


Esta doble realidad, y la relación establecida entre el aprendizaje y el desempeño, tiene una íntima relación con la autopercepción y la identidad externa que creamos a nuestro alrededor y con las personas con las que interactuamos. Es decir, que esta relación tiene un efecto muy importante en cómo nos vemos y en cómo nos valoran


Cuando aprendemos determinados contenidos, los tenemos almacenados en nuestro interior. Cuando desplegamos estos conocimientos a través de la acción, cambia la percepción que tenemos de nosotros mismos Cambia el modo en el que los demás nos perciben y nos definen. Este cambio tiene un efecto potenciador de la iniciativa y el movimiento de cada persona


Como venimos comentando, el aprendizaje supone finalmente acción. Hacer cosas. Por lo tanto, el proceso para el desarrollo del talento emprendedor implica que debemos gestar un plan de acción que suponga un aprendizaje permanente que nos permita adquirir unas habilidades que finalmente se traducirán en unos patrones de acción, unos hábitos


La acción supone rebasar y superar aquello que sabemos, el conjunto de destrezas que ya sabemos hacer y que, con mucha probabilidad, las ejecutamos con un alto nivel de competencia y efectividad. El talento se desarrolla rompiendo los límites de aquello que ya hacemos bien.


Esta ruptura de la zona en la que nos sentimos “a gusto”, en la que evaluamos que mostramos un desempeño óptimo, es el escenario en donde se produce el proceso de expansión de nuestras capacidades, habilidades y competencias. A esta zona es la que denominamos zona de confort


Debemos ser conscientes de la existencia de esta zona de confort, así como de que un proceso de desarrollo personal o profesional implica ruptura, rebasar las líneas en las que se encuentra intrincada esta zona personal


Para emprender, inevitablemente hay que romper la barrera del confort, ya que implica enfrentarnos ante situaciones y escenarios en los que debe- remos desplegar nuevas formas de acción y operar en nuestro entorno, de cara a alcanzar los objetivos que perseguimos


ree


 
 
 

Comentarios


bottom of page